lunes, 18 de enero de 2010

El Director y el Actor

Métodos de trabajo en conjunto, Relación y Comunicación

Hace unos días encuesté por medio del Facebook: ¿Qué tema les gustaría leer en la próxima entrada de mi Blog? Por supuesto el primero en responder fue mi cuñado (Rodolfo Ponce), que está pendiente de todo lo que escribo en el Facebook para hacer algún tipo de chiste o sarcasmo que me ponga en problemas al responder. Así que obvié su sugerencia. Luego mi amiga y colega Malu Gil, propuso un tema que me pareció interesante y de posible interés común entre los lectores: “Me gustaría leer un articulo sobre las estrategias de comunicación entre el director y sus actores... muchas gracias”.

Debo confesar que el tema me resulta un reto. En el poco tiempo de carrera actoral que tengo he sido dirigido por cuatro directores distintos en lo que a teatro concierne. También he asistido en dirección en dos obras de teatro. Aún así, creo que se requiere de más experiencias como para abordar el tema con mayor exactitud. Sin embargo, este Blog no fue creado para dar opiniones nutridas de alguien con una basta experiencia, sino para que alguien se identifique con experiencias como las mías. Es decir, de alguien que humildemente comienza esta aventura de la actuación. En todo caso, daré todo de mí para darles mi más nutrida opinión basada en experiencias e investigaciones.

Creo que primero deberíamos dejar en claro las funciones tanto del director como del actor. El director se encarga de plasmar en un escenario, la obra escrita por un dramaturgo, respetando el mensaje y la idea base que el dramaturgo establece. Combinando, por supuesto, su creatividad y visión de la forma en que esta obra debe ser plasmada y expuesta a un público. El actor, es un intérprete constante de los textos del dramaturgo. Su labor es comprender y crear minuciosamente, dándoles vida a los personajes (que hasta ese entonces son tan solo palabras en una hoja de papel).


JAMAS debería el actor ser “marioneta” (por así decirlo) de ningún director, al igual que un director JAMAS debería dar total rienda suelta a la creación de un actor. Pues los resultados serían una obra llena de marcaciones muertas (cuya marcación es evidente) o un caos “masturbatorio” del actor que quiere lucir su creación sin permitir que la historia se cuente debidamente.

Entonces ¿Podemos decir que la relación entre un director y un actor se asemeja a la de un padre y un hijo? ¿O quizá es un tema más cercano a una “complicidad” a favor de una puesta?

El actor es un artista sensible. Cuya labor involucra poner parte de su mismo ser en los personajes que interpreta. Por lo tanto, basta una mínima crítica mal canalizada o una indicación bruscamente expuesta, como para que el actor lo tome a nivel personal y esto sea un bache en la labor de construir su personaje. Es por eso que el director debe saber comunicar con propiedad la visión que él tiene de la obra y “fusionarla” con la propuesta del actor. Es cierto que el actor “propone” y al final es el director quien “dispone”. Sin embargo las cosas son así por un fin de armonía. Lo peor que puede tener un director, es un actor que no proponga. Lo peor que puede tener un actor, es un director “dictador”.

Me gustaría citar un pequeño párrafo que encontré del diario argentino “La Gaceta”, donde entrevistan al director Pablo Gigena acerca de la labor del director y el actor (Dicho sea de paso, el artículo lleva por título “En la relación entre el actor y el director siempre hay una disputa por el poder”):


“Puedo decir que la relación actor director no es siempre igual, y depende del
acuerdo o la pulseada de poder entre ambos; además, está interferida por el tipo
de obra que se lleva a cabo. Casi siempre hay una especie de disputa de poder
entre ambos, que no siempre se da de manera traumática, pero que está presente.
(…)El director busca establecer un tipo de actuación en referencia a ciertos
conceptos direccionales que hacen a la obra ser ella misma y no otra. En ese
marco, el trabajo del actor debe estar supeditado a ese concepto, así como la
música o la escenografía. Esa es nuestra línea de trabajo. Conmigo no va la idea
del lucimiento del actor; su trabajo para mí es como otro elemento de una
puesta. O sea, un actor actúa bien si sabe mantenerse en la línea conceptual de
un trabajo. Por ello, no tolero a los actores que tienen un solo de registro de
actuación, que no tienen cintura interpretativa suficiente como para abordar
cosas diferentes con su persona e intentan repetir un modelo preestablecido de
personaje”
Pablo Gigena, director de teatro argentino.

En las experiencias que he tenido yo siendo dirigido o asistiendo en dirección, creo que algunos de los problemas recurrentes son por ejemplo el actor o actriz cerrándose a la idea del director o asumiendo por inseguridad que lo está haciendo mal y que no lo puede hacer mejor, quizá también direcciones demasiado “libres” en las que se toma el concepto de “creación colectiva” dejando así al actor autodirigirse ocasionando que estructuralmente, la obra pueda ser un caos. Obviamente, todos estos problemas tienen (y tuvieron) solución inmediata durante el proceso, por lo que la obra resultó buena.

Para concluir este artículo que da para mucho más que hablar (quizá para una segunda parte para que este no se prolongue demasiado), dejo abierta la pregunta que quisiera que Uds. respondan. ¿Padre/Hijo? ¿Cómplices? O como diría el título del artículo en “La Gaceta”, ¿Disputa por el poder?

7 comentarios:

  1. esta interesante tu post, me gusto el titulo del Director y el Actor, yo pienso que ambos son complices , porque estan ambos creando algo de un pedazo de papel
    muy buen post ... !!!

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  2. Gracias Alonso! Seimpre es bueno escuchar de ti. Un abrazo.

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  3. Complicidad, esa creo que es la palabra, complicidad.

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  4. Hola soy Cristhian, estudiante de ciencias de la comunicación y parte del elenco de teatro de la universidad(USMP).
    Este post es demasiado bueno, y creo con certeza, que muchos de los aspirantes a buenos actores hemos tenido ciertas discrepancias con algún director.
    Por mi parte es algo aún más complicado por el gusto que profeso por escribir guiones y aveces el desacuerdo es inevitable aunque hay que tener en cuenta además, la experiencia que tenga el director y la confianza pero reconocimiento de roles que debe existir. Mi director teatral es Jonathan Oliveros quien es además de un gran director, un gran amigo; ahora mismo andamos preparando una obra infantil en este verano en el cual seré el perrito protagonista :); esperemos que las relaciones se fortalezcan aún más.
    Que placer leer a personas que aman lo que hacen , como tú. Hasta pronto.

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  5. Hola Cristian. Es genial saber algo sobre gente como tu. Se nota una pasión por este arte. Te ruego que sigas adelante.
    Gracias por este comentario nutrido de experiencias personales. La experiencias nos hacen crecer. Curiosamente conozco a Jonathan Oliveros. Es colega asiduo a las obras en las que me presento o en las que asisto en dirección, además de ser tio de una de mis alumnas de Teatro de la Universidad de Lima.
    El director y el actor deben saber convivir para lograr una armonía. Al final de todo, el beneficio es del público, al cual nos debemos.El resultado debería ser una fusión de ideas y creaciones que cuenten la historia debidamente.
    Por favor, te pido que me tengas al tanto de las cosas que hagas, sea con Jonathan o en la USMP. Exitos en todo!
    Pd. quienes estan en el elenco de la USMP? Quizá conozca a alguien.

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  6. Gracias; bueno, independientemente del elenco, como te comentaba, también estoy dando mis primeros pasos como guionita; mi último y más reciente escrito se llama "Samuel entre nosotros" y si todo sale como espero, a fin de año se montará en el teatro.
    Además al mismo tiempo quisiera poner en escena un guión también de mi autoría acerca del terrorismo: "Chuschi, muertos que aún respiran".

    Te reitero mi admiración, espero sigamos en contacto.

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  7. Espero ansioso esos estrenos. Un abrazo!

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