martes, 1 de diciembre de 2009

¿Ser actor o no ser actor? ¿Es ese acaso un dilema?




Cuando estaba en quinto de secundaria, pasé por un momento terrible. Habían muchos factores que me hacían dudar de mi futuro una vez terminado el colegio. Para empezar la economía. Sabía de antemano que mis padres jamás me pagarían la universidad. Lo cual traía siempre a mi mente aquella odiosa (y no cierta) frase que dicen por ahí: “El que no tiene cartón universitario está fregado”. Algo de cierto tiene. Sí, es innegable que un título universitario es muy útil, pero no porque no lo tengas, morirás de hambre. Nosotros somos más, mucho más, que lo que un pedazo de papel pueda decir. Lo cual me recuerda una frase muy cierta que leí hace poco: “El 99% de lo que somos, es invisible e intangible”. Es decir, somos alma, espíritu, energía o llámenlo como deseen. Así que decidí trabajar. “En algún momento se me iluminará el camino y sabré que es lo mío”, me decía a mi mismo a los 17 años cuando empecé a trabajar en una tienda de discos musicales en el Jockey Plaza. Entonces, ese día llegó. Recibí una llamada a mi celular de una gran amiga del colegio (Verónica Castro) y me dijo: “Raúl, ¿A ti te vacila esto del teatro no?” y yo le respondí que si. “A, porque un amigo esta haciendo su obra musical en el Julieta y necesita un actor ¿Porqué no audicionas?”. Eso fue lo que hice…y la chunté. Claro está que todo era un formato muy amateur, en donde ni el “director” había estudiando teatro más que lo básico que te enseñan en un colegio. Pero así fue mi primera experiencia. Poco a poco me fui metiendo más y más y conocía cosas más profesionales que me atraían mucho…y de pronto CLICK! Me di cuenta que esto de actuar era para mi.
Ahora, yo tengo una ventaja que desgraciadamente mucho no la tienen. Al trabajar yo desde muy joven y al no necesitar nada de mis padres más que un techo (hasta ese entonces), ellos ya no tenían ni voz ni voto en mi futuro. Así que para mi fue muy fácil decirle a mi papá “Voy a ser actor”, porque realmente lo que opinara, no interesaba.
En la actualidad, me topo con gente que me pregunta “Y tu Raúl, ¿Qué haces por la vida?” y les respondo con un orgullo casi solemne… "Soy actor” (en formación y siempre aprendiendo claro está). De pronto sus rostros cambian como si se retrocediera el tiempo a cuando ellos tenían 8 años y era navidad. Sus ojos se llenan de una ilusión casi melosa y dicen “Yo siempre quise ser actor/actriz”. A tal revelación no me queda otra que preguntar “¿Y que pasó?” e inmediatamente los ojos de ilusión se tornan en ojos de resignación con una sana pincelada de resentimiento y responden “Mi papá quiso que yo estudiara…” ¡¡PUTA MADRE!! No hay nada peor que un sueño con alas cortadas.
Pero saben que, no se dejen. Luchen, persigan, insistan, perseveren. Porque les tengo una noticia. ¡El actor NO se muere de hambre! ¡Si se puede vivir de la actuación! Solo que como toda profesión, se tiene que luchar duro. ¿Saben de que no se puede vivir? De la pregunta odiosa que uno se hace en momentos como esos “¿Y que hubiese sido si…?" No se hagan esa pregunta. Hagan algo para conseguir lo que les apasiona. Si te apasiona ser barrendero, serás el mejor barrendero de la historia porque lo haces con pasión. Y así ganarás éxito, y con el éxito vendrá el dinero como consecuencia.
No se Uds., pero a mi no me gustaría saber que el médico que me atiende quiso ser cirquero pero estudió medicina porque no le quedaba otra. Inmediatamente pediría me cambio de doctor, porque ese, seguro me mata.