El egocentrismo y la necesidad de reconocimiento
Agradecimientos a Martín Castañeda por sugerir el Tema en Facebook y a Luis Alberto Urrutia por su aporte final. (Ambos colegas actores)
Agradecimientos a Martín Castañeda por sugerir el Tema en Facebook y a Luis Alberto Urrutia por su aporte final. (Ambos colegas actores)



Pero ¿Qué es lo que impulsa al actor ser actor? ¿Por qué elegimos una profesión en la que estamos expuestos y desnudos emocionalmente antes un público, y luego esperamos su aprobación y reconocimiento?
Según el psicoanálisis, podría estar ligado a exponerse, decir “miren quien soy y lo que puedo hacer” y luego esperar el aplauso, buscando así la aprobación de nuestros padres, que quizá nunca tuvimos, o no la asimilamos como nuestra. Teoría interesante, y sin duda alguna, en muchos casos cierta. Por experiencia personal, puedo decir que no se aplica para todos por igual. En mi caso, haciendo una sincera introspección, me doy cuenta que no busco la aprobación de mis padres en el público. Tampoco veo a mi director como una figura paterna, a la que no debo defraudar para recibir una aprobación. Ese no es mi caso.
Creo que lo mío va más por el lado de autosatisfacción de yo mismo saber que puedo hacer algo que no muchos pueden, sin buscar necesariamente el aplauso o la aprobación externa, pero para sentirme único como individuo y en ese aspecto especial.
Leonardo Torres Vilar, en sus clases, siempre recalca lo importante que somos los actores en la sociedad y lo únicos que somos, casi llevándonos a un nivel de deidad. Convirtiendo nuestra labor en una suerte de magia metafísica, alquimia a la que no todos tienen acceso. Eso nos hace sentir especiales. Un egocentrismo que sin embargo es sano, que NO debe perjudicar nuestra HUMILDAD al trabajar ni existir. No somos mejores que nadie, solo somos especiales.
En mi caso también esta relacionado con un temor a la muerte. Siento que algún día llegaré a la inmortalidad en la mente y recuerdos de todos los que alguna vez apreciaron mi arte. Eso me hará inmortal. Todo esto a raíz de un epitafio que vi cuando era muy niño: “Mientras alguien me recuerde, yo seguiré vivo”.
Termino con un comentario que dejó el colega Luis Alberto Urrutia en mi Facebook cuando se propuso el tema:
“…uno no debe hacer arte en función al reconocimiento, uno debe buscar ser creativo en función al desarrollo de la cultura, estar al servicio del resto y mejorar para ofrecer lo mejor, el reconocimiento es solo una consecuencia natural de lo anterior, no debe ser nunca un objetivo.”
ESTOY COMPLETAMENTE DE ACUERDO.
"El actor debe tener el Corazón de un niño y la piel de un Rinoceronte."